Representantes de todas las comunas del Tamarugal se congregaron en la parroquia San Antonio de Padua, en Iquique, y participaron en la misa de despedida del padre Pablo Dierck, quien dejó la atención espiritual de las localidades andinas luego de 30 años en la zona.
Tras la lectura del evangelio, el sacerdote expresó la emoción de ver a tantos amigos reunidos no para despedirlo sino para decirle hasta luego, al iniciar su nuevo trabajo pastoral en Salamanca. Dierck recordó cuando llegó a la región y encontró poca fe católica entre los habitantes y abandonadas capillas en los pueblos de la precordilera.
Antes que culminara la misa el sacerdote recibió la despedida de la comunidad de iglesia San Francisco, fue el sacristán mayor quien con emocionadas palabras destacó las enseñanzas que deja el religioso en cada uno de los laicos y feligreses.
Luego llegaron hasta el altar para entregar su reconocimiento al “Tata Cura Pablo” dirigentes de las comunidades de Mocha, Sibaya, Limaxiña, Chiapa, Camiña, integrantes del coro de la iglesia y el alcalde de Huara, José Bartolo. El jefe comunal al usar la palabra no sólo reconoció y agradeció el trabajo desplegado por el sacerdote franciscano, también invitó a los presentes sumarse en la cruzada de reunir firmas para solicitar a los superiores de la orden franciscana que el traslado del religioso sea por un tiempo breve y retorne a la región.
Al final de la eucaristía siguieron las muestras de cariño para el sacerdote belga, en tanto las comunidades católicas de Camiña y Pastoral Andina le brindaron un ágape de despedida.